Este año me toca ser, por unos meses, tutora de 20 peques de 3 años en el cole de mi pueblo, Oliva de la Frontera.
Buscando material para el período de adaptación me acordé del cuento de la mariposita Lola, que ya trabajé, en su día, con l@s peques del Bótoa (Badajoz).
Así que, nos hemos puesto manos a la obra. Hemos buscado una lámina de una mariposita facilita y grande para que ell@s coloreen la cabecita y el cuerpo y pinten, primero un ala con pintura de dedo de color azul, y, después, el otro ala haciendo huellitas con su "dedito mágico", en color rosa.
El resultado ha sido estupendo, unas obras de arte maravillosas.
MARIPOSITA VA AL COLE
Había una vez una pequeña mariposa que vivía con su
mamá y con su papá en una preciosa casa en mitad de un claro del bosque.
Un día, la mamá la peinó con dos coletas, le puso un poco
de colonia y le dijo que iba a ser su primer día de clases.
Lola, que así se llamaba la mariposa, se puso muy contenta
y revoloteaba un poco nerviosa de aquí para allá.
Cuando llegó
al colegio le gustaron los grandes lunares negros de la Señorita Mariquita,
las clases de música del maestro Grillo y dar vueltas con el profesor Cañafote.
En el arenero
se encontró con su amiga la luciérnaga y con todos sus demás amiguitos del
bosque.
Todo iba bien
hasta que un día Lola le dijo a su mamá:
- Me parece que
no voy a ir más a la escuela. Mejor me quedo en casa jugando con mis muñecas.
Su mamá no lo
podía creer:
- Pero si hasta
ayer te encantaba el colegio… ¿cómo puede
ser que hoy no quieras ir?
- Bueno, la
escuela está bien pero me cansé: dijo Lola empezando a hacer pucheros mientras
jugaba con un palito a hacer dibujos en la tierra.
En ese momento llegó su papá, se
sentó a su lado y le preguntó:
-
Dime preciosa, ¿qué te gustaría hacer cuando seas mayor?
Entonces la
mariposita se olvidó del palito y toda entusiasmada le empezó a contar a su
papá:
- Me gustaría pintar cuadros como
la mamá de mi amiga luciérnaga, cocinar ricos dulces como mamá y tener un
vestido de bailarina lleno de lentejuelas para poder bailar “la danza del
duende Gominola”.
- Y todas esas
cosas tan interesantes, ¿dónde las vas a aprender?: preguntó el papá.
La mariposa se quedó pensando un ratito, después le brillaron
los ojitos y dijo sonriendo:
-
¡Ah!… Ya entendí.
Me parece… que voy a ir a la escuela todos los días.
Así que se preparó con su mejor vestido para poder ir a la
escuela.
Entonces, su mamá le puso en la bolsita unas ricas galletitas
caseras y un vasito de agua con tapa.
A la semana siguiente, fue su cumpleaños. En la escuela, la
sorprendieron con una gran fiesta con globos y confeti.
La mamá le preparó la tarta y la vistió con un bonito
vestido. El maestro Grillo le tocó con su violín música de Tschaikowsky y Lola
pudo bailar “la danza del
duende Gominola”.
Cuando terminó, todos aplaudieron y le dieron un montón de
besos. Y desde ese día Lola la mariposa no quiso faltar ni un solo día a la
escuela.
Para contar el cuento, hemos utilizado estas láminas:
Después de contar el cuento y presentar a los personajes, hemos realizado la fichita con el dibujo de la mariposita que habíamos elegido:
Nuestras maripositas han quedado geniales. Cuando tenga un ratito subiré las fotos.
Nota: Este cuento es el resultado de una adaptación que hice del original de María Mercedes Córdoba.
¡Ya tengo las fotitos de nuestras maripositas!
Espero que os gusten nuestras maripositas.
Tengo que decir que para ser niñ@s de 3 años en pleno Período de Adaptación lo hacen estupendamente, no?