martes, 24 de enero de 2012

CUENTO: LA ABUELITA RIGOBERTA

Durante esta unidad hemos trabajado el invierno y la familia. Por eso, mañana les contaré a mis peques este cuento. Con él vamos a aprenderemos muchas cosas:

- El valor de los abuelos.

- Figuras familiares: mamá, papá, hijo, hija, hermano, hermana...

- Aprenderemos cómo empiezan y cómo terminan: mamá, papá, hijo, hija, hermano, hermana...

- Dibujaremos a nuestros abuelos.

- Hablaremos de nuestra familia. 

Y muchas otras que irán surgiendo con el devenir de la conversación.



               LA ABUELITA RIGOBERTA


Fernando y Susana eran dos hermanitos que vivían muy felices con su papá, su mamá y la abuelita Rigoberta.

¡Ah!... y qué lindo era vivir con la abuelita. No todos los chicos tenían esa suerte, pero Fernando y Susana sí y la disfrutaban mucho porque Rigoberta era una abuela con una enorme paciencia: narraba viejas historias y cuentos interesantes; sabía las mejores canciones y los juegos más divertidos; cosía los vestidos de muñecas más lindos y cocinaba las tortas y los dulces más ricos.
Pero un día, porque sí nomás y sin que nadie supiera por qué, la abuela Rigoberta amaneció seria y preocupada.
Y no contó sus viejas historias ni cantó canciones, ni jugó con los chicos, ¡ni siquiera cocinó una torta!
¡Nada!
Toda la familia se asustó: ¿Qué le pasaba a la abuela? ¿Estaría enferma?
A la mañana siguiente, cuando se reunieron para desayunar, se encontraron con que la abuela ya lo había hecho muy tempranito y estaba sentada en su sillón favorito leyendo el diario.

Y eso no fue todo. Cuando le preguntaron qué leía y si había alguna noticia importante, la abuela contestó que sólo estaba buscando trabajo. Sí, tra-ba-jo.
Pero no pudo terminar de hablar, porque el papá, al oírla, se atragantó con la tostada; la mamá se puso mermelada en los dedos; Susana derramó el café con leche y Fernando se cayó de la silla.

Y la abuela Rigoberta, sin darse cuenta de los desastres causados, siguió leyendo muy tranquila.
Finalmente dijo, cerrando el periódico:
-¡Qué barbaridad! No puedo encontrar el trabajo que busco; tendré que poner un aviso ofreciéndome.
-¿Y cuál es el trabajo que estás buscando, abuelita? -preguntó Fernando.
-Justamente, de eso quiero trabajar, de "abuelita" -contestó Rigoberta y siguió explicando que había muchos nenes que no tenían abuela y que eso era muy triste.
Entonces había pensado trabajar para esos chicos en su tiempo libre; es decir, cuando Fernando y Susana estaban en la escuela.
A la familia le pareció una "idea genial", como todas las que se le ocurrían a Rigoberta.
Al día siguiente, el extraño aviso ofreciendo trabajo de abuelita, salió en el periódico y mucha gente llamó por teléfono. Fueron tantos los pedidos, que era imposible cumplir con todos. Y esto, por supuesto, preocupó a Rigoberta, que se encerró en su dormitorio a pensar.
Y pensó… y pensó.
Pensó tanto, que ese día no almorzó ni cenó; sólo apareció cuando ya todos habían terminado de comer el postre.
Entonces anunció muy contenta, que ya tenía la solución del problema: estaba decidida a fundar la primera "Compañía de Abuelos Voluntarios".
Era, en verdad, una excelente solución porque también había muchos abuelos sin nietos y eso era tan triste como nietos sin abuelos.
Pero gracias a la abuelita Rigoberta, la "Compañía de Abuelos Voluntarios" fue un éxito y todos podían conseguir abuelos y nietos adoptivos a gusto.
Y la abuela Rigoberta ya no se preocupó más y se sintió muy feliz.
 
Y el que quiera un cuento contado por una auténtica abuelita, que llame por teléfono a la "Compañía de Abuelos Voluntarios". 



 
BARTHE, Raquel Marta.

6 comentarios:

  1. Gracias por compartir el cuento de la Abuelita Rigoberta, Marìa Isabel, soy una abuelita reciente y pienso que tu cuento define lo que ès en realidad una abuelita en la familia, la importancia que tiene y noo verlas como un fastidio, acabo de leer un blog que realmente pone a las abuelas como las que probocan problemas realmente me desagadò, nuevamente gracias a tì por poner en el lugar debido a las abuelitas,y lo agradecidos que deben estar los que las tienen

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  2. Gracias a ti, Kusi por visitar el blog y dejar este precioso comentario.
    Yo he tenido dos abuelas estupendas, cada una con su carácter y su manera especial de querer. Para mí han sido un ejemplo a seguir.
    Un saludo.

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  3. ME AYUDO MUCHO EL CUENTO DE LA ABUELA RIGOBERTA MUCHAS GRACIAS

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  4. Me alegra que te ayudara el cuento, BIBIANA. Un saludo y besitos mil.
    Espero que no sea la última visita que haces a este rinconcito infantil.

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  5. Woooooooow!!! Qué hermosa abuela, jijiji, gracias por esta caricia al alma, porque eso son los cuentos, caricias al alma.
    FELICIDADES

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  6. QUE HERMOSO CUENTO , ME LLENO DE MUCHA ALEGRIA , RECORDE A MI PAPA EL ERA DE ESOS ABUELOS QUE LES DAN TODO EL CARIÑO Y COMPRENSION A SUS ÑIETOS

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