Las calles se van llenando de luces, luces diferentes a las habituales. No son frías sino cálidas y cercanas.
Las casas se calientan con los adornos del abeto, se iluminan con el nacimiento.
Las clases se acicalan con los trabajitos de los niños, y de las mamás.
Como este arbolito que se puede realizar con fieltro y queda muy gracioso con esos ojitos móviles.
Si no queréis complicaros la vida podéis hacerlo en cartulina y decorarlo con purpurina de diferentes colores.
Cada uno lo puede hacer a su modo y manera.
Con esta misma técnica podemos elaborar más adornos como bolitas de navidad, estrellas, botas, calcetines...
Imaginación y un poco de tiempo y nuestros niños serán unos expertos en decorar la clase, la casa o lo que les caiga.
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